EL ORIGEN DE LA CALABAZA: HALLOWEEN Y GAU BELTZA

La historia de la calabaza en la festividad de Halloween tiene sus raíces en las antiguas tradiciones celtas y en la evolución de esta festividad a lo largo de los años. Halloween se originó en la cultura celta en lo que hoy es Irlanda, el Reino Unido y el norte de Francia. La festividad original se llamaba Samhain y se celebraba a finales de octubre para marcar el final de la temporada de cosecha y el comienzo del invierno, un período asociado con la muerte y el más allá.

En Samhain, los celtas creían que el mundo de los vivos y el mundo de los muertos se volvían más permeables, permitiendo que los espíritus y las almas de los difuntos regresaran a la Tierra. Para ahuyentar a los espíritus malignos y honrar a los ancestros, los celtas tallaban nabos o rutabagas con rostros aterradores y les colocaban velas dentro. Estas linternas se conocían como "Jack O'lanterns" y se colocaban en ventanas y puertas.

La llegada de Halloween a América en el siglo XIX trajo consigo la adopción de la calabaza como material para tallar las famosas linternas de Halloween. Las calabazas eran más grandes y fáciles de tallar que los nabos, y su color anaranjado brillante las hizo aún más atractivas para esta tradición.

Gau Beltza

En cuanto al uso de la calabaza en el País Vasco, Halloween no es una festividad tradicional vasca, pero ha ganado popularidad en los últimos años debido a la influencia de la cultura estadounidense y la globalización. Sin embargo, sí existe la festividad 'Gau beltza', noche negra/oscura, que durante mucho tiempo se celebró en Euskadi hasta más o menos mediados del siglo XX en el ámbito rural, y que hoy en día es cada vez más conocida y celebrada. Esta festividad responde al mismo origen de Halloween, la fiesta celta de Samhain, que poco a poco fue asimilada por el cristianismo y luego recibió el gran impulso de Hollywood para que llegase a todo el mundo a mediados del siglo pasado.